miércoles, 20 de agosto de 2008

De cómo pasar del desconcierto a la normalidad

El primer día en San Francisco comenzaba un poco extraño. Estaba completamente desconcertado y no había podido dormir apenas. Por la noche, las pesadillas me habían atacado y el frío no me dejaba dormir. Tuve que ponerme una sudadera dentro de la cama.

Y es que en San Francisco la gente dice que hay una temperatura ideal: inviernos sin mucho frío y veranos sin mucho calor. Y es que además, uno no se puede creer que en San Francisco vaya a haber 12 malditos grados cuando salí de España a las 9 de la mañana con 30 grados.

En el resto de California hace un calor insoportable, bajando hacia Los Ángeles. Pero en San Francisco, el tiempo no tiene nada que ver, es un microclima totalmente distinto.

Tuve la suerte de conocer en el almuerzo a gente nueva de la residencia porque el tipo que parece ser el responsable de la misma nos presentó a todos en el comedor. Una chica japonesa se ofreció para enseñarme parte de la ciudad porque no tenía nada que hacer y le apetecía pasear.

Así que fue el primer contacto con la ciudad, y fue muy bueno. La noche anterior cuando el taxi me llevaba a la residencia, no me llevé buena impresión, me sentía inseguro incluso dentro del coche. Pero ya la cosa empezaba a ser diferente.

Pupo me dijo en su día en el trabajo que me iba a pasar las tres semanas encerrado en la habitación de la residencia, que no iba a entender a nadie y que me iba a dar miedo salir a la calle. Fue el último día de trabajo antes de venirme y fue bastante gracioso. Pero por un momento pensé que iba a ser cierto porque no entendía a nadie y estaba completamente nervioso.

Las cosas cambiaron ese mismo día. No hay nada como pasear y encima ir con alguien que te va explicando las cosas. Por cierto, no le entendía nada bien. Imaginadme a mí, toda la tarde, con alguien japonés hablándome en inglés con un acentazo japonés de la leche y yo sin entender nada. Y encima cuando yo iba a decir una cosa parecía un indio: "yo tener España coche trabajo ganar dinero ahora estar nervioso".

Al principio no me enteraba de lo que la gente decía y pensaba que todo el mundo hablaba de maravilla y por eso no entendía nada. Pero las cosas cambiarían en unos días...

Por cierto, por la mañana me encontré con 2 chicas y un chico: una chica italiana, la otra francesa y el chico también de tierras gabachas. Hablaron conmigo dos minutos y se tuvieron que ir. Posteriormente serían gente con quien me relacionaría bastante, siendo fácil contactar entre nosotros porque son de mi residencia y van a mi escuela.

Poco a poco uno se va haciendo a la atmósfera de San Francisco. Es muy diferente a todos los sitios que he visitado. Tal vez Amsterdam tiene algo de parecido, pero San Francisco me gusta mucho más. De repente estando soleado se puede nublar, como un día por la tarde que de repente vino una niebla increíble a toda velocidad y parecía una tormenta del desierto pero con niebla en lugar de arena. Fue alucinante, como de película de miedo.

Os pongo algunas fotos típicas de las intersecciones y las calles.

Una intersección cualquiera (una parte lejana de la calle donde vivo con otra). Aquí podemos ver un entramado de líneas de electricidad para los autobuses que por allí circulan. De hecho, hay pocos tranvías en San Francisco, y es que aunque pensemos que los americanos gastan petróleo sin parar, en esta ciudad todos los autobuses son eléctricos. El sistema lo podéis ver en las demás fotos. Es una gozada porque no huele para nada a contaminación. Por otro lado, los coches son todos gasolina, así que no hay ruido horrible, el sonido es agradable (aunque suelen revolucionar mucho los motores) y el olor no es asqueroso como los coches diésel.

Además, comentar que los semáforos están al otro lado del cruce, de tal forma que un coche puede girar a la derecha haciendo ceda el paso a los coches que vienen por la calle perpendicular aunque el semáforo esté en rojo para él.

Aquí se aprecia mejor el semáforo al otro lado del cruce.Mecanismo de los autobuses eléctricos.Un autobús eléctrico funcionando. Suenan exactamente igual que un urbano antiguo de Torrejón (salvo el ronroneo del motor, pero el sonido agudo horrible de los urbanos antiguos se mantiene).Una foto curiosa de los puestos de venta de periódicos por la calle. Echas la moneda y en algunos el periódico cae. En otros se abre la puerta y puedes coger un periódico... En España esto no duraría demasiado, la gente aquí es honrada con las cosas así.

Por cierto, antes de terminar el post del día, dos cosas curiosas: la primera es que la gente en San Francisco no está para nada gorda, ni muchísimo menos. Esto se debe a que la comida es bastante variada y baratísima (estoy comiendo por menos de 10 dólares con propina y me pongo gochísimo), con muchas verdudas y ensaladas, y también se debe a que la gente camina, no demasiado, pero algo sí que camina, de tal forma que con las cuestas que hay, gastas todas las energías.

La segunda cosa es que la gente conduce súper bien. Los conductores no tienen demasiado cuidado a la hora de aparcar el coche y rozar las llantas de las ruedas con el bordillo en general, pero sí que tienen cuidado de no dar a otro coche. Vi a un tipo rozando a otro coche aparcando en el parachoques (lo típico de cuando aparcas "a oído") y se bajó alarmado a mirar si había hecho algo, puso una nota en el otro coche y todo, increíble. Y también son cuidadosos en las calles circulando. Si eres un peatón y cruzas en mitad de la calle (esto me pasó también en Los Ángeles), calles del tamaño de la Gran Vía de Madrid, los coches se paran instantáneamente a más de 50 metros de ti. Circulan rápido pero con mucha atención, es alucinante.

Así que, si alguno viene a San Francisco y quiere hacerlo, puede poner a prueba a los conductores y tirarse a la carretera en cualquier sitio. Obviamente no está nada bien visto, pero su vida no correrá peligro.

Por último, he aprendido en los primeros días a cruzar la calle a la acera opuesta. Me explico. Cuando vas andando te encuentras con intersecciones cada dos por tres. Si pillas el semáforo en verde, cruzas. Pero si lo pillas en rojo, miras a ver si puedes cruzar a la otra acera. En general, esto lo haces, obviamente, si te interesa finalmente cruzar a la otra acera porque el destino estará hacia ese lado. Así que puedes ir andando como la serpiente del juego del teléfono móvil Nokia de toda la vida haciendo escalera en tu ruta para aprovechar el tiempo. Aquí los semáforos coinciden con los de coches así que son súper rápidos y dan sensación de agilidad.

Mañana o luego seguiré escribiendo más. Llevo ya una semana aquí y no he conseguido comprarme una cámara de fotos, y muchos de vosotros sabéis que mi cámara actual es de pilas y tiene un problema con el medidor, así que siempre dice que no tiene batería y se apaga al hacer 1 foto, lo cual es muy incómodo.

Os seguiré contando más cosillas de las que me han pasado la primera semana y mi primer viaje de fin de semana: Los Ángeles.

3 comentarios:

Christian dijo...

Dani tío comprate la cámara ya mismo. La mía es la Nikon Coolpix S600 y está genial. Hace unas fotos super chulas y la batería no he conseguido gastarla ningún día(algún día hize mas de 100 fotos). Busca en Internet dónde hay tiendas de Best Buy o City Circuits. Son como el Media Markt, en New York había muchísimas y supongo que allí también hay.
Los japoneses y los coreanos se les entiende fatal, hablan inglés pero parece que te hablan en su idioma, después de una semana les entenderás perfectamente.A los franceses les pasa igual.

Cuidate, Un Abrazo.

Mike dijo...

El sistema de autobuses eléctricos que comentas también existe por Europa. Yo lo he visto en Gante (Bélgica) y en Lausanne (Suiza). Los conductores de Lausanne son unos bestias. Los motores eléctricos tienen más fuerza y en cuanto pisan el acelerador aceleran fortísimo, así que estás todo el rato como una patata en una olla exprés. Eso sí, como la ciudad también tiene muchas cuestas, se nota enseguida que los autobuses no tienen retroceso al soltar el freno.

Lo del ruido es cierto y, además, los cables afean muchísimo las calles.

Dani - quepacha dijo...

Sí, me he comprado ya la cámara, por fin. Exactamente me he comprado esa Nikon que me dices, Christian. Es la que iba persiguiendo. La he comprado en una tienda de cámaras, aquí no existen finalmente los Best Buy, cachis...